Preventa: mi próximo libro se presenta el 17 de septiembre en la Feria del libro de Rosario y ya puede comprarse en en la tienda UOiEA!

Sepulcros de Vaqueros / Graves of the Cowboys (Roberto Bolaño)

El libro (el último póstumo hasta ahora) está compuesto por tres nouvelles de diferentes periodos.

Patria (escrita entre 1993 y 1995) está compuesta por capítulos cortos nombrados. Contiene varias historias que luego aparecerán en Estrella distante. Los primeros capítulos siguen más o menos una línea aunque los últimos son inconexos. Una curiosidad, el mítico personaje Arturo Belano, tiene aquí una proto existencia como Rigoberto Belano.

Sepulcros de vaqueros (escrita entre 1995 y 1998) está compuesta por cuatro capítulos nombrados largos. El primero, El aeropuerto, fue mi preferido. En particular la parta en la que el narrador cuenta una historia de su padre mexicano montando a caballo en Chile. El segundo, El gusano, había sido publicado como cuento en Llamadas telefónica (con algunas variaciones). El tercero, El viaje, tiene la particularidad de incluir un relato de ciencia ficción sobre hormigas del espacio exterior. El cuarto y último es el más corto: El golpe. Aparece con un alter ego el poeta Jaime Quezada, que vivió con los Bolaño en México durante 1972 y en cuya casa se alojó Roberto Bolaño durante su paso por Chile en 1973.

Comedia del horror en Francia (escrita entre 2002 y 2003) es una sola pieza no dividida en capítulos. Las primeras páginas no me llamaron mucho la atención (su tono me recordó al cuento Laberinto de El secreto del mal) pero cuando empieza el diálogo entre el protagonista y un misterioso interlocutor del otro lado de un teléfono público la historia da un giro por completo y no se la puede abandonar hasta terminarla.

Rating: 3/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/3921650935

Hotel Acantilado (Pablo De Santis)

Una novelita que toma un personaje de ficción (El Capitán Nemo, de Julio Verne) para imaginar su vida después de los dos libros que lo hicieron famoso.
Retirado y con el Nautilus hundido, Nemo se refugia en el sur argentino. Compra un viejo hotel y se esconde. Tiene que cambiar su nombre porque su cabeza tiene precio.
Entonces, distintos personajes van y vienen de ese alejado paraje al que se llega en tren y luego en sulky. Hasta que, en una temporada, coinciden tres sospechosos pasajeros. ¿Son quienes dicen ser? ¿Conocen la identidad del capitán? ¿Cuál es su verdadero propósito?
Nemo es ayudado en la gestión del hotel por Yukio, un joven marinero japonés.

La resolución se me hizo un poco apresurada.

Rating: 3/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/3915451989

Bolaño antes de Bolaño. Diario de una residencia en México (Jaime Quezada)

Algo importante a decir es que Bolaño es un personaje secundario del libro. Es, como se dice en el subtítulo, un diario de los meses que el autor pasó en México (entre 1971 y 1972), viviendo justamente en la casa de los Bolaño. Las apariciones de Bolaño en el diario son más bien escasas y como coletazos al final de cada entrada. "Le conté todo esto a Roberto y levantó los hombros diciendo que no le importaba" (cito/invento de memoria).
Incluye transcripciones de cartas, oficios, entrevistas y discursos de otros personajes: Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Juan Rulfo, Salvador Allende y Octavio Paz.
Para los interesados en Roberto Bolaño, lo más suculento son las dos última secciones. Una de 1973, cuando Bolaño estuvo brevemente en Chile y aconteció el golpe de estado. Y otra fechada 1995-1998 con cartas enviadas por Bolaño a Quesada hablando sobre Estrella distante.

Rating: 2/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/3894177647

Materiales para una pesadilla (Juan Mattio)

La historia es la de una obsesión. Una mujer, Katy, está, o estuvo, tras las huellas de una máquina. Un aparato utilizado durante la última dictadura militar argentina como una forma de detectar subversivos para capturarlos. Un sistema instalado en la red telefónica capaz de identificar ciertas palabras y deducir la naturaleza disidente de las conversaciones.
Sin embargo, esta tecnología tiene ramificaciones que llegan hasta cincuenta años más tarde y es utilizada por una programadora japonesa como base para una nueva aplicación de realidad virtual. Un producto disruptivo, un servicio que ha incorporado tantos usuarios que ha logrado replicar el mundo real.
La novela, entonces, tiene dos partes que se entremezclan. Tiene, lo que se llama, una estructura pendular. La historia 1 es la del narrador/protagonista, heredero y deudor del proyecto de la mujer que amó. Como en un rompecabezas, intenta reconstruir los hechos que su amiga estuvo investigando durante los últimos años de su vida. La historia 2 es el relato, en apariencia independiente, del diseño y la implementación de esta red social virtual que lo devora todo y sobre un sector en particular de la red, Die Toteninsel, donde el código de los usuarios fallecidos se acumula como en un eterno purgatorio.
Mis comentarios se van a centrar en esta segunda historia.

Tradicionalmente la ciencia ficción se encargó de naves espaciales y seres de otros planetas. En forma paralela a esas publicaciones, se desarrolló en la Tierra una tecnología totalmente distinta, inimaginada, que posibilitó ese otro nuevo mundo inexplorado: internet.
Esto dispuso nuevos materiales y por lo tanto, nuevas escrituras. Cada vez con más frecuencia aparecen relatos en los que los protagonistas ya no son científicos (como en Asimov) o proletarios (como en Philip K. Dick), sino programadores, tal vez un personaje intermedio que es a la vez poseedor de un conocimiento específico y mano de obra al servicio del capital. También los escenarios cambiaron; ya no se camina con cuidado y protegido por un traje espacial sobre la superficie de una geografía amenazadora (como en tantas space operas), sino que los cuerpos son dejados de lado en favor de sus representaciones virtuales. Los personajes son menos carne que procesos mentales ocupados en manipular estructuras igual de abstractas.
En esta línea de novelas, se inscribe Materiales para una pesadilla, de Juan Mattio, que cuenta con hermosas imágenes como esta para hablar de algo que para la mayoría de las personas es rígido e indiferente: "Paseaba por un espacio que no era más que código que se desplegaba frente a ellos como un origami hecho no de papel, sino de matemáticas".

El origen de la pesquisa de Katy se ubica en la Biblioteca Nacional, donde trabaja en el novel Departamento de Cibercultura, que tiene el objetivo de investigar el impacto de la cibernética en la sociedad: estudiar códigos de programación como una forma más de la creatividad. En el primer capítulo se nos cuenta que los viejos investigadores de la institución se negaron a participar del proyecto, ya que, según ellos, “el código no era texto” y un programador nunca sería un escritor.
La refutación de esa tesis es una idea central en el libro. Cuando se nos presenta a Haruka, la programadora japonesa que vive en un polo tecnológico en Berlín y es la otra protagonista del libro, no se la describe como una persona sin visión más allá del código que tipea, sino como alguien que tiene muy presente que su accionar modifica el mundo, que el diseño “es una rama de la filosofía”. Alguien consciente de sus capacidades y de su alcance. El diseño, piensa, “es aliado del cambio y de los débiles”.
En algún punto de la historia, esta visión choca con la de los inversores.
(Haruka reflexiona sobre cómo programar el cielo de esta nueva realidad virtual que está construyendo: “Quería que fuera un tono azulado imposible de encontrar en la naturaleza, un azul sintético, que no imitara el mundo real, sino que hiciera evidente la condición artificial de todo el entorno”. Y después: “Los inversores querían tranquilizar a los usuarios. Haruka, en cambio, querían incendiar sus percepciones”).
Cuando los ángeles de capital secuestran la tecnología para sus fines espurios y desplazan a Haruka de su rol de Jefa Creativa, ella rescata el código y los datos de los usuarios fallecidos y los lleva a nuevos servidores en en los que crea una isla, un lugar oculto en la red donde los nuevos usuarios que logran encontrarlo desarrollan su propia cultura, con mitologías y religiones.
Erik, uno de los visitantes a Die Toteninsel, reflexiona por qué el lugar es tan distinto a la realidad virtual comercial que había conocido hasta ese momento: “...se pregunta por qué habían programado ese polvo persistente sobre todas las cosas”.
La explicación no se hace esperar: “Los entornos RV solían ser mundos simplificados que prescindían, sobre todo, de fenómenos climáticos y ambientales por la complejidad que suponían para el lenguaje de programación y lo poco que aportaba a la experiencia”.
Ahí encontramos el leitmotiv de Haruka y de Mattio. El trabajo por la belleza. Las máquinas con espíritu. Lo hipnótico de la repetición. El valor de lo roto y vuelto a armar. El libro, este libro, como mecanismo.

Rating: 4/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/3888261955

Pequeño hermano (Cory Doctorow)

Marcus es un estudiante de 17 años de San Francisco, California. Es un hackercillo. Es decir, utiliza la tecnología para divertirse: evitar ser controlado por las cámaras de la escuela y poder escaparse a jugar juegos de realidad aumentada en la ciudad; desbloquear la notebook oficial de la institución educativa para poder chatear con sus compañeros en horas de clases; escanear redes inalámbricas para aprovecharse de las que no estén correctamente configuradas.

Pero su vida tecno hedonista se terminar cuando en el medio de uno de sus juegos, un grupo terrorista hace volar uno de los principales puentes de la ciudad. Él y sus amigos son tomados prisioneros por las fuerzas del orden, sospechosos de estar involucrados en el atentado y cuando logra salir, luego de sufrir maltratos y humillaciones y tener que entregar sus contraseñas, encuentra su ciudad totalmente cambiada. Se ha convertido en un estado represor y totalitario en el que los controles se han incrementados a niveles ridículos y todos son sospechosos.

Este es el punto bisagra de la novela. ¿Qué hará Marcus? Utilizará sus conocimientos para intentar vengarse y derrotar al gran hermano o agachará la cabeza para resguardarse con mamá y papá.

Llena de detalles técnicos (algunos tal vez sobre explicados), el libro funciona no solo como historia de aventura adolescente sino también como manifiesto político. Muestra un futuro posible para nuestra sociedad e insta a quienes tiene el poder (el conocimiento) a estar alertas.

El libro tiene dos posfacios. En el primero, Bruce Schneier, enuncia algunas máximas, como que no se puede construir un sistema totalmente seguro y que tener partes del mismo ocultas no sirve como un mecanismo para garantizar seguridad. En el segundo, Andrew "Bunnie" Hung cuenta su experiencia hackeando una consola de videojuegos protagonista de la novela y plantea el problema de que la sociedad tolere cada vez menos las actividades de los hackers; esto es, el pensamiento novedoso y la investigación de particulares sobre la tecnología provista por empresas y estados.

Rating: 4/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/3864420157

La preparación de la aventura amorosa (Francisco Bitar)

Si abrimos el libro en cualquier parte, la mancha en la página nos hace sospechar de qué autor se trata y si leemos algunas líneas, la sospecha se confirma.
Con herramientas que viene afilando desde Acá había un río (y antes también): la narración en presente; las reflexiones en la que el narrador se funde con el personaje; los tornillitos que agujerean el texto y ponen de manifiesto que estamos frente a un dispositivo literario (una máquina), Bitar entrega La preparación de la aventura amorosa, su primera novela (publicada) desde Tambor de arranque.

"La extraña más que nunca, lo que significa que la ama más que nunca".

A lo largo de siete capítulos, observamos al protagonista, Cerro, en diferentes momentos de su vida, con la particularidad de que el lente a través del cual miramos es el del amor. O mejor dicho, el del deseo del amor. Y en esa observación, nos guía un narrador preciso, junto con el que tanto nosotros, los lectores, como el personaje buscamos pistas que repercutan en el futuro. Que reescriban, si se puede (en literatura se puede), el futuro.

El protagonista es un flâneur, un caminante, ya sea que esté en su ciudad o en otra (en el capítulo dos lo acompañamos durante una temporada en la que vive en una ciudad vecina y duerme en el gallinero del campo de sus tíos). Esas caminatas muchas veces lo conducen a los límites del territorio, lo que habla de una vocación abarcadora. Pero si en el plano físico las caminatas son totales, en el plano temporal o interior van más allá y crean nuevos espacios. Dice Cerro que el objetivo de vagar por la ciudad es "cambiar la dimensión del día agregándole un tiempo propio".

Por más que el tema de la novela sea solemne (en una parte en la que la conversación entre una chica y un Cerro adolscente se vuelve pastosa, se dice: "Es la solemnidad que viene del amor, un sentimiento demasiado digno"), la novela no lo es. Es divertida. Como prueba, rescato un chascarrillo que aparece en el capítulo en el que Cerro conoce a la hija de su primer amor (uno de mis preferidos). La niña está en la plaza al cuidado de su abuela y el narrador menciona que la señora pertenece al "gran ejército de niñeras obligadas por el vínculo".

A su vez, la novela dialoga, ya desde el título, con el anterior libro de Bitar, la colección de ensayos Un accidente controlado. En uno de sus textos, "La vuelta", se describe al ensayo como "la forma que habilita un movimiento, no en línea recta, sino por circunvalaciones". Y en la novela leemos: "Si engañar a su esposa no equivale a tener una aventura, es porque la aventura no involucra a nadie más que a él". Es la misma idea, la de la flecha que da muchas vueltas, y se regodea en esa demora, antes de dar en el blanco.

El personaje de la esposa es otro elemento importante en la historia. Aparece en el capítulo tres (tal vez de forma un poco abrupta, pero qué mejor forma de aparecer para la esposa de un protagonista que quiere engañarla) y es el contrapunto de Cerro. Si él está a la deriva, ella está al mando. Es la encargada tanto de mantener el orden en la vida familiar, es decir, hacia el interior de la casa (los chicos, la escuela, la comida), como hacia el exterior: se encarga de desactivar cualquier amenaza de terceras, incluso antes de que entren en el radar de Cerro. "Parecía saber mejor que él qué clase de mujer iba a gustarle".

Un segundo elemento presente en ambos libros es el de la conversación. La voluntad de conversar como forma de descubrimiento del mundo y como elemento de autodefinición. Soy por lo que digo. Soy por cómo digo. Y cómo el valor de ser un buen conversador reafirma, define, enaltece frente a los otros.

La novela es entonces, de alguna forma, una conversación a la que se puede volver.

"Amar y recordar, se dice a esta altura Cerro, son la misma cosa".

El libro se presenta como el primer volumen de la serie De ahora en adelante. Solo resta esperar.


Rating: 4/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/3841819455