Podemos fabricarte (Philip K. Dick)

Louis Rosen y Maury Rock son dos pequeños empresarios que fabrican pianos y (la novedad) órganos eléctricos. En un pivot comercial, Rock y su hija Pris le presentan a Rosen un robot (un simulacro, lo llaman) de Edwin Staton (un personaje de la historia norteamericana de la época de la Guerra de Secesión). El simulacro tiene toda la memoria de su antecesor, pero también su forma de actuar, su forma de pensar y su apariencia.
Pris tiene dieciocho años y de niña fue ingresada en una institución estatal para tratar sus problemas psiquiátricos pero ahora sigue un tratamiento ambulatorio lo que le permite trabajar con su padre. A la vez está obsesionada por conocer y trabajar para un millonario llamado Sam Barrows.
La forma en que deciden llamar la atención de Barrows es enviando al simulacro de Staton en bus a Seattle, donde se encuentran las oficinas de Barrows, que este se presente como una obra de la empresa de Rosen y Rock y quede totalmente fascinado.
Eso sucede, pero los acontecimientos no se desarrollan como los empresarios de poca monta planearon, sino que la empresa de Barrows planea un aggressive take over sobre la pequeña fábrica de órganos. Para salir del aprieto, Rock y Pris tienen otro robot que han terminado recientemente de construir: un Abraham Lincoln.
Hasta aquí podría ser una novela de robots. Pero no. Los simulacros son meros accesorios de la trama. La historia deriva en los conflictos mentales de Louis Rosen y su enamoramiento de la señorita Pris. En un momento Rosen visita al psiquiatra de Pris y en una vuelta de tuerca muy Dick (me recordó, aunque es posterior en su escritura, al cuento “La hormiga eléctrica”) le dice que él mismo es un simulacro también fabricado por la chica.
En adelante, la historia, que está contada en primera persona por Rosen, se interna más y más en su percepción de los hechos, sus anhelos frustrados y sus desvariadas acciones. En el capítulo 14 (de 18) el personaje está perdido en una ciudad que desconoce y es claro que el autor también.
Si bien fue escrita en 1962, no se publicó (y por entregas) hasta 1969, el año en que el hombre llega a la Luna. Es curioso ya que una de las subtramas involucra un emprendimiento inmobiliario de Barrows justamente en el satélite de la Tierra.


Rating: 4/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/6168568889